El amable

que me lee

ha de saber

que idiota es.



¿Porque?-pregunta él.
Yo le responderé:


Mis versos calidos solo desean arroparte,
mis versos gelidos solo pretenden matarte,
¿tendras valor suficiente para adentrarte
en las ensimismaciones de un demente?

7/02/2009

291-295

291. EQUILIBRIO, REPRESION, CAIDA
(inspirada en las vírgenes suicidas)

Servidumbre mutua
y humilde,
esfuerzos cooperativos
por un bien,
unida estructura
en la que todos a una
por un beneficio común
batallamos contra columnas
de mármoles eternos e imbatibles;
todos, en su medida justa,
aportamos el ladrillo
que sustenta
los dulces
racimos.

La clave
que abre
la senda,
es la llave
que yace
perfecta,
tras las vírgenes
cortinas blancas,
tras las medidas
exactas.

No crea, doña opulencia,
que es su buenaventura
buena nueva, que perlas
que tras los prismas
de luz pura
son mirados,
policromaticos acontecen.

Joyas tan preciadas
como las apasionadas
gemas intensas y rojas,
en su exceso, tan fulgentes,
mis pupilas hieren.

No importa que la intención
fuera sensata, amadora o santa,
que careciera de maldad
o segunda intención,
si no que las garras
de la inconciencia
y los colmillos
de la disciplina
ciegan nuestras
frágiles esferas,
nuestros locos
cerebros.

Vagamos dementes
entre cementerios
y jardines, alegres
y fúnebres lugares,
confundiéndolos
eternamente en
espejismos
lunáticos.

Presas yacen
en sus hogares,
en los nidos nutridos
de elementos nocivos,
en baños de azufre
gentilmente servidos
por sus seres más queridos.

Cautivas, muertas,
deambulan en su danza
fantasmagórica,
en sus pasos inquietos
en sus quebrados llantos,
en sus agonías sin salida,
en la cárcel que pretendía
ser su dulce casa bendita.

Inertes cuerpos
cadáveres de la libertad
crispan en espasmos
de energía alborotada,
de voluntad ahogada,
en su caída precipitada
a las llamas del averno
sin conocer Prometeo.

292.VÍRGENES CADÁVERES
Dulces abejas
que os regocijáis
en las más sabrosas
y ansiadas libadas
de flores y mieles,
de esperanza azucarada.

Oh, sutiles alas
feroces y rápidas,
¿por que vendéis
vuestras valías
tan baratas?

Si no os creyese astuta,
en vuestras artes, musa,
pensaría que regaláis
con languidez apabullante
vuestros dones más brillantes
al menor y peor postor.

Mas es cierto lo que veo:
la perla pura resta
dormida en la ostra
pasada la intensa
tormenta vital.

Sacrilegio debe ser
que tan bella flor
en el verano
marchite sin conocer
la pasión del amor,
la lujuria sin limites.

Ella, no viendo cumplidas
sus inalcanzables expectativas,
regalo con descaro
su casto casco
por el cual desfallecían
amantes suicidas.

Fueron los escuetos
dedos, estilizados
por esquelético
perfil, quienes
ásperos o suaves
la acariciaban lentamente.

Esta dama, en lesbica estampa,
se encargo de consumirla
en la árida rutina,
de con sus yemas insensibles
tallar los tallos que la cubren
cual, en manos expertas, sable.

“¿Sabe ella que hace?”
me pregunto eternamente
en los vaivenes del viento
que hacen meditar placida
mi alma cansada de musicar
tragedias y perdidas tales.

Y así, en la lóbrega noche
en la cual los amantes
encubren sus carnales
pecados, ella, solitaria,
se rinde a los encantos
de la seductora calavera.

293.TORRE DE PISA
(dedicada a Endika)

Yo este poema le dedico
a un montaje muy creativo:

Oh, dios supremo
que insemina
toda fémina
desde el torreón
blanco de Pisa.
¿será tan indulgente
como para preservar
alguna linda libre liebre
de su santa semilla,
para yo poder degustarla
sin dejar de mirarla
por mi inquieto recelo
provocado por los celos
de su magnánima
mágnum de acero?

294.HIPÓCRITA CORTESÍA
Lenguaje extraño y agudo,
ambiguo como ninguno,
que en función de la opinión
la objetiva realidad
sabe deformar
con acierto sobrado.

Esta superficialidad
da lugar
a este mundo
de igualdad
encarecida;
y yo me pregunto:
¿merece la pena?
La sociedad y el buen gusto
nos imponen usos sociales,
no reglas ético-morales,
no leyes inquebrantables.

Se suceden demasiadas
cadencias banales,
absurdos y barrocos
vestidos complejos
que ocultan a los ojos
de estupidos homínidos
la belleza de tu esbelta
fragilidad, la fuerza
de tu envergadura,
la libertad de tu falta
de timidez y vergüenza,
la habilidad de tus yemas,
la pasión de tu lengua,
la sensualidad de tu despecho
cínico, de tu arrogancia
que alcanza la grosería
limitada en la recta
de la hipócrita cortesía.

295.¿EMPALAGOSO MEDIOCRE?
Oh, gloriosa diosa
de aromas de rosa
y apetito de golosa,
si vos, hermosa,
me permitierais
cantaros a solas
las baladas
de mi alma
enamorada
y mis valerosas
jornadas luchadas
por vuestra gracia,
susurradas al oído
con aire fresco,
sabría vuestra merced
que es el amor,
su locura,
y su dolor,
que solo lo cura
la bella mirada
que posa en la cara
de la amada,
si esta, complacida,
no quisiera herir
con palabra vil
y gesto letal
el sublime altar
del clímax
de la felicidad.


Por todo ello le ruego
que escuche mi lamento
atenta, para que luego
no llore mi fallecimiento
y en una magnánima afirmación
reviva mi esencia con fulgor.